Si pudiera decirles a los padres solo una cosa como patólogo del habla y el lenguaje, enfatizaría cuán importantes son los momentos cotidianos. Ya sea que esté vistiendo a su hijo por la mañana, conduciendo juntos en el automóvil, ayudándolo con la tarea o simplemente pasando el rato en casa, estos pequeños momentos pueden tener un gran impacto en el desarrollo del habla y el lenguaje de su hijo. ¡Y no necesita ningún entrenamiento o experiencia especial para aprovecharlos! Aquí, algunos de mis compañeros terapeutas del habla y yo ofrecemos tres cosas simples que puede hacer durante su rutina diaria para ayudar a su hijo a desarrollar sus habilidades de comunicación. Cuando se trata de habla y lenguaje, el mundo es el salón de clases de su hijo.
Acurrucarse junto con un libro.
Es posible que ya sepa lo importante que es leer con su hijo, pero no se puede exagerar. Un estudio mostró que los niños a los que se lee un libro al día desde el nacimiento hasta el jardín de infantes, en comparación con los que no, escucharán un total de 1,4 millones de palabras más. La lectura ayuda a su hijo a ampliar su vocabulario y comprender cómo se estructuran las oraciones. También aprenden cómo seguir temas y comprender las emociones de los personajes de sus libros. Además, están teniendo tiempo de vinculación interactiva contigo.
La patóloga del habla y lenguaje expresable Alison Hiester, MS CCC-SLP, señala otras formas en que la lectura beneficia el desarrollo de la comunicación: “Me encanta recordar a las familias que pasar tiempo con libros ‘reales’ es mucho más atractivo y significativo que ver una historia de YouTube o una aplicación de aprendizaje temprano con sus hijos. Tan pronto como una pantalla está frente a un niño, por lo general centran toda su atención en esa pantalla. Sin embargo, ¡leer juntos libros reales es una actividad completamente interactiva! Piénselo: hay muchas oportunidades para el contacto visual. El adulto puede hacer muecas y voces tontas para acompañar a los personajes. Pueden turnarse para pasar las páginas y nombrar y encontrar imágenes. Puedes volver atrás en la historia para ver una escena favorita y, por supuesto, ¡puedes abrazarte mientras haces todo esto! Leer una historia juntos puede ser un reinicio tanto para adultos como para niños, dándoles la oportunidad de estar ‘en el momento’ juntos incluso en los días más ocupados”.
Elija un momento del día para leer que no sea demasiado apresurado, cuando su hijo esté listo para sentarse y concentrarse. Para muchos, esto puede ser justo antes de acostarse, y puede convertirlo en parte de la rutina de la hora de acostarse. Sé que después de un largo día, sentarse a leer un libro para niños puede no estar en lo más alto de su lista. Pero lo prometo, ¡vale la pena! El libro puede ser corto y simple que solo toma unos minutos para terminar. Esos minutos se acumulan con el tiempo y, en poco tiempo, su hijo habrá estado expuesto a miles de nuevas palabras y experiencias lingüísticas.
Practique ampliar las frases de su hijo y ejemplificar la buena gramática.
No importa la edad de su hijo, siempre puede estar aprendiendo y creciendo en su capacidad de unir palabras para formar frases y oraciones.
Para los niños pequeños que recién están aprendiendo a hablar, concéntrese en ayudarlos a aprender a decir frases de dos palabras. Es más fácil hacer esto con una actividad que sea muy motivadora, por ejemplo, la hora de la merienda. Si su hijo se acerca y dice: “¡Galleta!”, modelo, “¡Más galleta!” y haz que repitan después de ti. Este es un tipo de tentación de comunicación, en el que animas a tu hijo a comunicarse ofreciéndole algo que quiere, sin apresurarse a dárselo.
Para los niños que ya usan frases u oraciones cortas, concéntrese no solo en expandir esas oraciones, sino también en usar la gramática correcta. Aquí hay un ejemplo: en este momento, mi hijo de 3 años todavía está aprendiendo cómo formatear sus preguntas. Se está acercando, ¡pero a veces se confunde un poco! Él puede decir “¿Dónde está papá?” en lugar de “¿Dónde está papá?” Esta es una gran oportunidad para modelar la estructura correcta de la oración para que su hijo la repita.
Si nota que su hijo usa un verbo incorrecto, como “Fui al parque”, o un pronombre incorrecto, como ” Me encanta el helado”, asegúrese de tomarse un momento o dos para mostrarle cómo decirlo correctamente.
Sumérjase en el mundo de su hijo y juegue con él.
Buenas noticias: ¡el tiempo de juego es una parte importante del desarrollo del lenguaje! Pasar tiempo jugando con su hijo es una excelente manera de mejorar sus habilidades de comunicación. Andrea Lund, MS CCC-SLP, patóloga del habla y el lenguaje de Expressable, lo expresa mejor: “Cuando jugamos con niños, saltamos a su mundo y descubrimos lo que les interesa hacer. Los niños absorben las palabras y los movimientos de los demás durante el tiempo de juego y experimentan la comunicación como una conexión natural y alegre”.
Los niños aprenden mejor a través del juego. Los expone a una variedad de palabras de vocabulario, habilidades sociales y conceptos como tomar turnos. Además, si estás jugando con ellos, ¡están disfrutando del tiempo que pasan con una de sus personas favoritas!
Es fácil pensar en cosas de las que hablar mientras juegas. Digamos que a su hijo le encanta fingir con sus figuras de acción de juguete, cocinar en una cocina de juguete o jugar a las casitas con sus muñecas. Hay tantos escenarios imaginativos que puede explorar con su hijo. La capacidad de fingir y representar situaciones en un “¿Qué pasaría si?” El contexto les permite a los niños ser creativos en sus verbalizaciones, lo que les ayuda a desarrollar sus habilidades de comunicación.
Jugar con un cuidador ayuda a que los niños también tengan confianza para interactuar con otros niños. Pueden practicar las rutinas naturales de toma y daca en el juego con usted, por lo que cuando vean a un niño en el parque o en la escuela con el que quieran jugar, generalmente sabrán cómo interactuar. Aprender a interactuar adecuadamente con otras personas en el mundo es un gran paso en las habilidades del habla y el lenguaje.
